jueves, 13 de octubre de 2011


12 de octubre del 2011.
Mi mañana arrancó perfecta, ya no importaba en nada. En lo único que pensaba era que iba a tener en horas a mi ídolo cerca. Después de la larga espera y de quererlo y seguirlo hace años llegó el día en que iba a tenerlo a metros, respirando mi mismo aire, tocando el mismo suelo.
Salí corriendo del colegio hacia la casa de mi abuela ya que la fecha coincidió con su cumpleaños. Comida, saludos, festejos… era el dia perfecto y la sonrisa no se borraba de mi cara. Subí al colectivo pidiendo $1.20 para volver a mi casa y mientras hablaba con mi amiga belieber sobre la increíble noche que íbamos a vivir, comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia sobre Buenos Aires. Me desesperé, imagine que todo lo preparado se iba a arruinar, pero luego pense: ‘Que diría Justin sobre esto? La lluvia es bendición, lo mejor que nos puede pasar’. Y mi sonrisa volvió, ese pensamiento logró que llegara a mi casa disfrutando y mojándome con la lluvia de esa nublada tarde. Carteles, remeras todo a medio hacer. Los nervios comenzaban y mis cuerdas vocales no paraban de entonar, producto de los nervios. Llego mi amiga belieber y me ayudo a terminar de preparar todo para el increíble show, al que estábamos solo a pocas horas de disfrutar. Afuera llovía a cántaros y se escuchaban las bocinas de los autos tocar sin control debido al embotellamiento. Se hicieron las 17:45 y mi papá me tocó el timbre avisándome que bajara hacia la calle. Carteles, remeras, lluvia, emoción… todo se mezclaba, ansiedad más que nada. Pisamos River Plate cuando el reloj marcó las 7:33 de la tarde e increíblemente en ese momento la lluvia paró. El Monumental estaba lleno y se me ponía la piel de gallina cuando todos cantábamos a la par esperando a que nuestro ídolo salga a dar su increíble show. Olas, cantos, charlas… hacíamos todo lo necesario para que el tiempo volara y los nervios no crecieran. La pantalla del estadio se encendió y River explotó en gritos, y un cronómetro comenzó a contar los minutos restantes. Comenzó en 17 y cada vez que un minuto se restaba los gritos invadían el lugar. La pantalla marcó el 00:58 y el piso comenzó a temblar de los saltos, la emoción y la ansiedad de cada fan que presenciaba en la cancha esa noche.
Humo, lacers, y comenzó a sonar ‘Love Me’ en el momento en que Justin Bieber salió entre el humo del increíble escenario. Rompí el llanto, caí en la realidad. Ahí estaba él, después de tanto esperar y luego de recorrer miles de kilómetros para llegar a nuestro país, conseguí tener a mi ídolo a metros mío.
Luego de varios segundos de aplausos y gritos, Justin se quitó sus anteojos de sol para hacer su primer saludo: "¿Cómo está Buenos Aires? Bienvenidos a mi mundo –la gira se llama My World Tour- Estoy muy emocionado por venir a la Argentina por primera vez. Yo hago cualquier cosa por ustedes. Yo quiero verlas sonreír, porque si ustedes sonríen, yo sonrío". Todo era mágico: cada canción a la que su voz invadía, cada instrumento que tocaba, cada paso de baile que realizaba y cada palabra que decía. No se explica, para entender todo lo que una Belieber puede vivir en un show así hay que ser fan, sentirlo. Cada canción era un salto, un grito, una lágrima.
‘Love Me’, ‘Bigger’, “U Smile”, “Runaway Love”, “Never Let You Go”, “Favorite Girl”, “One Less Lonely Girl”, ‘Stuck in the Moment’, “Never Say Never”, ,“One Time”, “That Should Be Me”, “Eenie Meenie”, “Down to Earth”, “I’ll be", "Under the Mistletoe", “Baby”. Exactamente ese fue el orden de todas las canciones que le dieron esa ‘magia especial’ al concierto de esa noche, la mejor noche de mi vida.
No se explica lo que me emocioné, él es mi ejemplo a seguir. Tengo un sueño, uno muy parecido al que él tenía cuando ni siquiera sabía que podría llegar donde se encuentra en este momento. Él es el que cada día me da las ganas de seguir adelante y el que demuestra que nada es imposible si se lucha de verdad. Hay una frase que Justin siempre dice que es la siguiente: ‘Habra ocasiones en que la gente te dirá que no puedes cumplir tus sueños, esto es lo que yo digo: Nunca digas nunca!’ Ven? Por eso lo aprecio, por su historia y por la manera en que lucho para llegar donde esta, para cumplir su sueño. No tengo mas palabras para expresar lo que siento, lo que viví esta guardado en mi memoria para toda la vida y en mi pecho cada sentimiento. Soy la persona mas feliz del mundo, fue un dia UNICO y lleno de MAGIA.